Pues dice la leyenda que hubo unas monjitas (capuchinas) que decidieron venir a Santiago de Querétaro para atender a los enfermos que ocasionaba el agua contaminada del río Querétaro. Una de estas monjas, Sor Marcela, era prima de la esposa del Marqués, así es que ellos dos decidieron acompañar a las monjas en su expedición. Cuando el Marqués conoció a la prima monja se enamoró perdidamente de ella y le dijo que sería capaz de hacer cualquier cosa para obtener su amor. Aprovechando su declaración, sor Marcela le pidió que hiciera algo para llevar agua limpia a la ciudad.
Entonces el Marqués durante once años construyó el Acueducto que traía el agua de La Cañada y la llevaba a las fuentes distribuidas por toda la ciudad. Bueno, en realidad no lo construyó solo, sin embargo donó más de la mitad del dinero que se usó para su construcción.
Cuando lo terminó, fue en busca de la monjita y le dijo que todo eso lo había hecho porque ella se lo había pedido, ¿qué haría ella para corresponder su amor? Sor Marcela le dijo que todas las noches… rezaría un Padre Nuestro y un Ave María por él, para agradecer su gran obra.
;-)
Besitos,
NanaFer
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